Algo dentro de nosotros resuena con la pregunta: «¿Cómo puedo dejar ir el pasado y ser feliz?» Es un sentimiento o una conciencia que sabe que hay algo más de lo que este mundo nos muestra. Hay algo dentro de nosotros que está listo para estallar y brillar.
Una vez que hemos tenido un atisbo de alegría, surge en nosotros la sensación de ¡Guau!, me gusta ese atisbo. ¿Por qué la vida no puede ser siempre así? ¿Por qué la vida no puede ser siempre divertida? Y la respuesta del Espíritu es: «¡Lo es, puede serlo!». Esa es la realidad, pero necesitamos soltar asociaciones pasadas y dejar ir lo familiar para abrir nuestros corazones a algo mucho más grande que cualquier cosa que hayamos experimentado en la Tierra.
¿Cómo se llega a un estado mental en el que se tiene la certeza de que el pasado ha terminado; en el que se siente que ya no queda nada del pasado que pueda atormentarte o que pueda traer dudas a tu mente?
Es a través de la guía y la confianza.
El Espíritu Santo puede utilizar el tiempo y los símbolos del tiempo para enseñarte que no hay tiempo. Él puede usar los símbolos del pasado -como las palabras y cualquier cosa en forma- para inspirar y bendecir, y para darte la experiencia de que eres libre ahora mismo.
Cuando realmente dejas ir el pasado a través de la guía, ya no te preocupan los resultados del mundo. Una vez que dejas que todo sea reinterpretado por el Espíritu, entonces puedes recordar tus horas o memorias más oscuras con una suave sonrisa en tu mente. Puedes pensar, Guau, se ve tan diferente ahora con esta interpretación superior. Dios, estuviste conmigo todo el tiempo. Estabas allí en cada circunstancia y en cada aparente situación llamándome, «Ven aquí arriba conmigo y míralo conmigo, ven a ver mi perspectiva del mundo. Ven a ver la dulzura, la risa y la alegría».
Esta experiencia no se aplica sólo a las cosas importantes, ¡sino a todos los días! Podemos dejar atrás el pasado y lo familiar, aprender a escuchar la guía del momento presente y ¡ser felices ahora mismo!
