Mientras estudiaba UCDM, Jesús me hacía enfocarme en «orar, escuchar y seguir». Él me decía: «En lugar de tus analíticas, yo te guiaré y te diré exactamente qué decir, qué hacer y adónde ir. Manejaré todo el tiempo y el espacio si me entregas tu mente. Yo me encargaré de todos los detalles».
¡Esto era alucinante…